Esta meditación, ‘hermana’ de la Dinámica OSHO se practica mejor cuando se oculta el sol o al anochecer. El entregarse completamente al danzar y al sacudirse de las dos primeras etapas ayuda a disolver la parte rígida del ser, donde quiera que el flujo de energía ha sido reprimido y bloqueado. Entonces esa energía puede fluir, danzar y ser transformada en dicha y gozo. Las últimas dos etapas permiten que toda esta energía fluya verticalmente, que se mueva hacia arriba al silencio. Es una forma tremendamente efectiva de soltarse y desconectarse al terminar el día…
La meditación consta de cuatro fases.
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